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Apenas han encontrado marido, se convierten en máquinas de fabricar niños, en perpetua adoración por el fabricante. | Henri Beyle (Stendhal) |
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Con las pasiones, uno no se aburre jamás; sin ellas, se idiotiza. | Henri Beyle (Stendhal) |
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El amor es como la fiebre: brota y aumenta contra nuestra voluntad. | Henri Beyle (Stendhal) |
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El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio. | Henri Beyle (Stendhal) |
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El amor es una hermosa flor que crece al borde de un precipicio. | Henri Beyle (Stendhal) |
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El arte de amar se reduce a decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera. | Henri Beyle (Stendhal) |
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El hombre que no ha amado apasionadamente, ignora la mitad más bella de la vida. | Henri Beyle (Stendhal) |
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El mal gusto consiste en confundir la moda, que no vive sino de los cambios, con lo bello y duradero. | Henri Beyle (Stendhal) |
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El pudor tiene la desventaja de que habitúa a mentir. | Henri Beyle (Stendhal) |
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La diferencia de la infidelidad en los dos sexos es tan real que una mujer apasionada puede perdonar una infidelidad, cosa imposible para un hombre. | Henri Beyle (Stendhal) |
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La soledad es necesaria para gozar de nuestro propio corazón y para amar, pero para triunfar en la vida es preciso dar algo de nuestra vida al mayor número de gentes. | Henri Beyle (Stendhal) |
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Las mujeres demasiado bellas sorprenden menos el segundo día. | Henri Beyle (Stendhal) |
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Las religiones son fundadas en el miedo de muchos y en la vivacidad de pocos. | Henri Beyle (Stendhal) |
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Lo que hace tan agudo el dolor de los celos es que la vanidad no puede ayudar a soportarlo. | Henri Beyle (Stendhal) |
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Muy frecuentemente las lágrimas son la última sonrisa del amor. | Henri Beyle (Stendhal) |
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